Acerca de las repeticiones

Tomar consciencia del lugar que me corresponde, implica que sea consciente de sus límites. Cuando se trata de un trabajo, puede ser un poco más fácil distinguir esos límites ya que por lo general son explicitados en un contrato escrito y firmado. Sé que si me contratan para determinada función me comprometo a una serie de tareas que ya están definidas, hay determinadas acciones que se esperan de mi y otras que no (como cumplir horarios, objetivos, quizás la vestimenta, la actitud en la oficina, etc).
En el ámbito familiar distinguir los límites se puede tornar algo complejo. Si bien por sentido común todos desarrollamos una comprensión de lo que se espera o no, por ejemplo, de una madre, de un hermano, o de una pareja, cuando se trata de la familia, no hay "definiciones de perfil de cargo".

A este nivel tiende a ocurrir que nos apegamos a lo que en la familia (nuestro origen) se considera adecuado o inadecuado, sin que necesariamente éstos parámetros y ese apego sean abiertamente conscientes o conversados. La forma en que nos comportamos y nuestras elecciones muchas veces confirman que los asumimos con fuerza y lealtad, operando de un modo similar a la firma de un contrato, solo que en este caso es el amor lo que nos vincula y no la firma en un papel. No ser conscientes de esta vinculación podría llegar a ser un problema si sus consecuencias  me resultan difíciles de sostener.

Trabajar mi asunto en una constelación es una puerta de entrada a mirar y tomar consciencia de ese amor que me lleva a repetir de manera ciega lo que no me hace bien, lo que no me hace feliz, para reconocer el lugar que me corresponde y actuar en consecuencia.

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