¿Qué son y cómo funcionan las Constelaciones Familiares?



Las Constelaciones Familiares, más allá de una forma de intervención que se puede utilizar en un contexto terapéutico, son una filosofía para la vida, que aporta una forma de ver y experimentar el mundo, en sintonía con nuestra alma y la totalidad de la que formamos parte.


“Las constelaciones sistémicas, son una propuesta filosófica que nos invita a reflexionar sobre nuestro actuar a partir de los sistemas a los que pertenecemos” (Llaguno, C. 2015)


Bert Hellinger, quien desarrolló esta filosofía, a lo largo de años de trabajo con personas que buscaban soluciones para situaciones difíciles, observó que hay ciertas pautas que se repetían en las vidas y en los sistemas de aquellos que consultaban. De este modo Hellinger a partir de su observación y comprensiones, desarrolló los Órdenes del Amor,  describiendo el impacto de estos principios en la vida, ya sea si son respetados, o si no lo son.


Los sistemas a los que pertenecemos.

Para comprender mejor los Órdendes del Amor, se hace necesario igualmente conocer acerca de los sistemas a los que pertenecemos. Al respecto, se plantea que existen dos sistemas de vital importancia en la vida de una persona. Por una parte estamos vinculados al nacer a nuestro sistema de origen. Este, se compone de cada uno de nosotros, nuestros hermanos y hermanas - nacidos y no nacidos, vivos o muertos-, nuestros padres, todas las novias o amantes de nuestro padre, hasta antes de nuestro nacimiento -entendiéndose por novia o amante a toda aquella persona con la cual puede haber generado vida, es decir tuvo lugar un encuentro sexual-, todos los novios o amantes de nuestra madre hasta antes de nuestro nacimiento, los hermanos/as de nuestro padre, los hermanos/as de nuestra madre, nuestros abuelos y abuelas, y así continuando la línea de nuestros ancestros, que pasaron la vida o dejaron su lugar disponible para que la vida llegara hasta nosotros.


A su vez, una persona al llegar a la edad adulta, ya ha conformado su sistema actual, el cual está integrado por nuestra pareja, y todas aquellos/as novias/os y amantes anteriores a nuestra pareja actual, con los cuales pudimos haber generado vida, además de nuestros hijos/as, nacidos y no nacidos.


Siguiendo con el planteamiento de Hellinger, respecto de nuestro sistema de origen, cuando nuestros padres nos dan la vida, además de la información genética que cada uno de ellos aporta, nos entregan la información de su sistema, las huellas e imágenes de su historia, de aquello que salió bien y de aquello que no salió bien, derivado del registro vivencial y emocional de aquellas experiencias.


El bioquímico Rupert Sheldrake, plantea el concepto de Campos Mórficos, mediante el cual refiere que la Naturaleza tiene memoria, propone que  “cualquier cosa similar en un sistema auto-organizado (que se genera a si mismo) será influenciada por algo que ha ocurrido en el pasado”.  Tal como lo han planteado estudiosos de otras disciplinas, apoya la existencia de una memoria colectiva, en que ciertas situaciones influencian posteriormente  la ocurrencia de otras similares. Así, cada organismo vivo resuena con los que han existido antes que él.


De esto se desprende que los antepasados (incluso aquellos que han fallecido), nos influencian en el presente, no solo a través de los genes, sino a través de la resonancia mórfica. Por lo tanto, existiría una influencia del pasado, y a su vez nosotros tenemos el potencial de influenciar a los que vendrán después, no solo por medio de la transmisión cultural normal, sino de una forma más invisible. (para más información consultar en https://www.youtube.com/watch?v=CZNpKuXzYRI).
 

Bert Hellinger coincide con estos postulados, los que describen igualmente el modo en que funcionan las constelaciones familiares, en las cuales se puede observar que cada persona, como parte de un alma mayor que lo contiene, está vinculado con muchas otras personas y elementos de su sistema, es decir, está en resonancia.

La forma de trabajar de esta filosofía



Básicamente hay dos formas de trabajar una constelación: de manera individual y de manera grupal.


Cuando una persona elige trabajar alguna situación difícil o malestar que experimente en su vida cotidiana, el facilitador le invita a traer al presente la imagen de su sistema, mediante la utilización de representantes (en el caso de una constelación grupal, los participantes del taller pueden colaborar como representantes; en una constelación individual se pueden utilizar plantillas o bien figuras de madera, entre otros objetos), lo cual permite observar la configuración de los distintos elementos implicados en la situación a trabajar. En la imagen representada, se observa si ésta se encuentra ordenada o desordenada, completa o incompleta, a la luz de los principios propuestos por Bert Hellinger de acuerdo a esta filosofía:  los Órdenes del Amor.


Y entonces ¿Cuáles son y en qué consisten los Órdenes del Amor? 

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     Todos tenemos derecho a pertenecer. Todos, sin excepción formamos parte de nuestro de nuestro sistema, y no es posible negar ese derecho a nadie, bajo ninguna circunstancia. Cuando a alguno de los integrantes del sistema, se le niega el derecho a pertenecer, otro miembro del sistema, de una generación posterior, lo incluye de manera inconsciente, asumiendo su destino, lo que muchas veces puede provocar limitaciones que le impidan disfrutar de su propio destino. (Colodrón, M. 2009)

[…]tanto en la familia nuclear como en la red familiar existe una necesidad común de vinculación y de compensación que no tolera exclusión de ninguno de sus miembros. De lo contrario aquellos que posteriormente nacen en el sistema, inconscientemente repiten y prosiguen la suerte de los excluidos” (Hellinger, B. 2001)



-   El que llega primero, tiene prioridad sobre el que llega después. Así los que llegaron primero a un sistema, los grandes, deben ser reconocidos como tales y los pequeños, que llegaron después, no pueden ocupar el lugar del que llegó antes. Por el contrario, en el caso de los sistemas actuales, o de los nuevos integrantes de un sistema, estos tienen prioridad en cuanto a atención y cuidados. (Colodrón, M., 2009)



-    El equilibrio entre dar y tomar. Solo en las relaciones entre iguales es necesario equiparar lo que se da y lo que se toma entre los miembros de la relación (pareja, amigos). En el caso de padres e hijos, los padres dan y los hijos toman, siendo posible únicamente equiparar dicho desequilibrio de manera transgeneracional, dando a los hijos lo que los padres nos dieron (Colodrón, M., 2009)



¿Qué esperar de una constelación?


 “Una de las consecuencias del uso de las constelaciones familiares como herramienta, como filosofía para la vida, es el aprendizaje que permite que nos despidamos de las imágenes interiores que nos impiden reconocer en nosotros lo que realmente necesitamos, cuáles son nuestros verdaderos deseos (…)” (Llaguno, C. 2015).


Una constelación puede movilizar nuestras emociones, en algunas ocasiones se puede experimentar alivio y en algunas ocasiones, tristeza, o enojo. En cualquier caso, es favorable que se produzca este movimiento, en tanto la persona que consulta se encuentra movilizada por una necesidad y búsqueda de una solución.


Como lo plantea Cristina Llaguno en su libro Amor en movimiento “las constelaciones ponen en escena el movimiento del alma familiar”.


Esto, refleja la mirada que nos ofrece la propuesta de las constelaciones familiares, la cual permite una visión amplia de nuestro pasado, de nuestros padres y ancestros, abarcando lo bueno y difícil, lo que aportó cada uno de ellos a nuestra vida (y para que la vida llegara hasta nosotros), abandonando juicios limitantes, retornando a cada uno de ellos con amor lo que le pertenece y tomando la responsabilidad lo que a cada uno nos corresponde (Llaguno, C. 2015).


Trabajar con la filosofía de las Constelaciones Familiares, además de complementar el proceso de vida de cada persona y posibilitar el avance hacia soluciones en situaciones difíciles, es una técnica que permite abrir los ojos y el corazón para comprender en sintonía con el alma el sentido del malestar y sufrimiento que cada uno pueda experimentar, otorgando además la posibilidad de recuperar el movimiento hacia la felicidad y el bienestar, ampliando la conciencia respecto de la responsabilidad en nuestra vida.


De este modo las Constelaciones Familiares ofrecen una puerta de entrada a la reconciliación con diversos aspectos de la propia historia, potenciando la armonía y plenitud que es posible alcanzar en todo momento de nuestra vida.

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